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En solo tres meses, Andrea logró avances que la medicina tradicional consideraba imposibles. Pasó de estar completamente inmóvil a caminar con la ayuda de un andador. A su alta, podía recorrer 58 metros en seis minutos y completar el test de 10 metros en poco más de 40 segundos. Seis meses después, era capaz de caminar un kilómetro con asistencia mínima.
Este avance no solo ha restaurado funciones motoras, sino que también ha aliviado significativamente el dolor neuropático y mejorado su calidad de vida. “Con este estudio, demostramos por primera vez que la estimulación eléctrica epidural, combinada con rehabilitación, puede devolver la capacidad de caminar incluso en casos muy graves”, destacó el Dr. Albano.
El pasado 4 de mayo, Andrea participó en la Wings For Life World Run en Milán, una carrera solidaria internacional que recauda fondos para la investigación de lesiones medulares. Su presencia fue un símbolo de superación, esperanza y del poder transformador de la ciencia.
“Los resultados de este estudio ofrecen nuevas esperanzas a miles de pacientes que hasta ahora vivían sin alternativas reales de recuperación”, afirmó Mortini.
