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Si bien el entusiasmo y el interés por la RV han disminuido un poco con la disminución de la novedad de los dispositivos, el estudio muestra que quizás tengan un papel más amplio en la sociedad de lo que se creía.
“Hemos visto una creciente evidencia que demuestra que la exposición a la naturaleza puede ayudar a reducir el dolor cotidiano a corto plazo, pero se ha investigado menos cómo esto podría funcionar en personas con dolor crónico o a largo plazo”, afirmó Sam Hughes, líder del estudio. Sin embargo, no todos pueden salir a caminar por la naturaleza, especialmente quienes padecen afecciones crónicas, como el dolor crónico.
El experimento contó con 29 participantes sanos a quienes se les mostraron dos imágenes fijas de la naturaleza tras recibir una descarga eléctrica en el antebrazo. En la primera visita, midieron los cambios en el dolor que se producen durante 50 minutos tras la aplicación de la descarga eléctrica.
En la segunda visita, los mismos participantes se sumergieron en una experiencia de realidad virtual de 360 grados de 45 minutos en las cascadas de Oregón para ver cómo esto podría modificar el desarrollo de la sensibilidad al dolor. La escena se eligió específicamente para maximizar los efectos terapéuticos. Tras esto, exploraron la misma escena, pero en una pantalla 2D. Posteriormente, se examinó a los pacientes mediante resonancia magnética funcional (fMRI).
