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Desde el punto de vista logístico y económico, son una fuente ideal de células madre. Las células de la médula ósea requieren inyecciones dolorosas que a veces no requieren anestesia, mientras que las células madre embrionarias o placentarias, sin consideraciones éticas, requieren que alguien decida tener un bebé.
En cambio, casi todos los seres humanos nacen con muelas del juicio, y estas suelen extraerse en la adolescencia, cuando el ADN de la pulpa dental apenas ha sufrido daños, lo que las hace excepcionalmente maleables y seguras.
Se extraen 10 millones de muelas del juicio cada año, pero el proceso de enviarlas a un biobanco podría ser muy sencillo. Se podría comprar un kit, ofrecido por una empresa como Stemodontics, y enviarlo a la consulta de un dentista antes del procedimiento. El diente se coloca en un vial, se coloca en hielo seco y se envía rápidamente a un laboratorio donde se extraerá y conservará la pulpa como una forma de seguro celular que podría cambiar la vida.
Sin células de donantes, no hay riesgo de rechazo, lo que significa que no hay lista de espera para encontrar un donante compatible. Las células de la pulpa dental estarían disponibles tan pronto como se necesiten.
Fuente | Stem Cell Research & Therapy
