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EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- La alarmante información de que más del 90 por ciento de los privados de libertad en la República Dominicana enfrentan algún tipo de problema de salud mental, principalmente depresión, ansiedad, esquizofrenia y otros trastornos severos, se podría definir como un dato muy preocupante para las autoridades responsables de enfrentar esa problemática.
La situación es de tal preocupación que obliga a las autoridades a instalar unidades estratégicas con psicólogos y otros profesionales de la conducta humana en instituciones civiles, universidades y sectores comunitarios, con el objetivo de transformar vidas y rehabilitar a esos prisioneros pertenecientes a un sistema carcelario que cuenta con 25 mil reos, a pesar de que la capacidad es para 15,200, creando un hacinamiento de casi 10 mil presos.

En los primeros 10 meses de este año 2025 han sido diagnosticados 436 reclusos con su estado psicológico afectado, de esos solo 125 reciben atención en los cinco pabellones que tiene el sistema carcelario para asistir a la población de privados de libertad que tienen el bienestar emocional desequilibrado.
El pasado año 2024, los casos se aproximaron a los 500 internos con temas de psicología.

En distintos centros penitenciarios se observan numerosas personas con situaciones psicológicas, con “la mirada perdida”, deambulando dentro del penal y con la esperanza de encontrar una salida a su problema.
Tal es el caso deprimente de la cárcel de Baní, donde a una gran cantidad de presidiarios incluso hay que inyectarlos para poder controlar su estado emocional, situación que lo ha llevado a perder la memoria y por consiguiente cometer acciones fuera de control.

Sobre este tema, el director de la Oficina Nacional de Defensa Pública (ONDP), Rodolfo Valentín Santos hizo un llamado urgente al Estado dominicano para la construcción de un hospital psiquiátrico y la creación de espacios especializados para personas con trastornos mentales, enfatizando que las cárceles del país no son entornos adecuados para albergar a quienes enfrentan este tipo de condiciones social.

El pasado 10 de octubre se conmemoró el Día Internacional de la Salud Mental y a propósito de la fecha se realizó en el país el “Foro Internacional “Salud Mental y Sistema Penitenciario”, quienes analizaron el flagelo dentro del sistema carcelario dominicano.
Los participantes en el foro concluyeron que se deben crear unidades especializadas de salud mental en el país, censo penitenciarios situacionales y la capacitación del personal de prisiones para que puedan diferenciar entre síntomas de salud mental y la falta de disciplina.

La clausura de la actividad, que contó con especialistas nacionales e internacionales, fue encabezada por la vicepresidenta de la República Raquel Peña, quien afirmó que “son muchos los retos que tenemos que enfrentar en esa materia”.
El presidente Luis Abinader reconoce hacen falta acciones para encarar personas con problemas mentales
El presidente Luis Abinader reconoció el pasado mes de julio que se necesitan implementar otras acciones en cuanto a la salud mental, al considerar son insuficientes las ya puestas en marcha.
Al ser preguntado sobre el particular en LA Semanal con la Prensa, realizada todos los lunes en el Palacio Nacional, consideró que “se debe hacer más”.
Mientras que el director general de Servicios Penitenciarios y Correccionales (Dgspc), Roberto Santana destacó que el bienestar emocional debe ser abordado con el acompañamiento del Estado en su conjunto, el ámbito académico, el sector laboral y la sociedad, “pues todos son imprescindibles para enfrentar esta realidad”.
Santana anunció la preocupante cifra de que supera el 90 % los reos que enfrentan alguna condición psíquica en las diferentes cárceles del país, cifra que resulta altamente preocupante si se toma en cuenta que población carcelarios con sus miembros en condiciones mentales deprimente es una situación que se presta a que se originen conflictos que provoquen muertes y cualquier tipo de lesiones entre los reos de las diferentes cárceles del país.
“El hecho de estar en un lugar en contra de su voluntad genera estrés, situaciones conductuales y trastornos mentales prácticamente a todos los reclusos”, señaló Santana.
El funcionario añadió que las condiciones del sistema penitenciario pueden agravar el estado psicológico de los internos. Esa es una condición que debe tratarse con mayor atención y cuidado porque el deterioro del estado de salud mental de los reclusos puede general resultados lamentables que llevarían a la muerte de algunos de los reos que se vean envueltos en los conflictos que deriven del estado emocional de los privados de libertad.

La afección mental es un mal que no solo se encuentra en volumen en las celdas, sino en la población en sentido general. Recordemos que el mes de julio un joven de nombre Jean Andrés Pumarol Fernández, con una condición psiquiátrica, irrumpió en varios apartamentos de un edificio en el sector Naco, Distrito Nacional y le quitó la vida a una mujer, y causó heridas a otras cinco personas.
Otro lamentable caso que mantuvo en estado de shock al pueblo dominicano, fue la decapitación de una niña de seis años por parte de su madre Ana Josefa García Cuello, médico, docente y miembro del Ejército de la Repúblic Dominicana (ERD), en un incidente ocurrido el año pasado en el sector Hainamosa de Santo Domingo Este.
La OMS
De acuerdo con el Informe mundial sobre la salud mental: Transformar la salud mental para todos (2023), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), trastornos que ya eran frecuentes como la depresión y la ansiedad aumentaron en un 25 % en el primer año post Covid-19.
A nivel nacional, varios profesionales y gremios se han manifestado en relación con sus preocupaciones por el aumento de los problemas de salud mental en la población, lo que infiere no solo desde su experiencia en consulta, sino también por los cada vez más frecuentes eventos que evidencian estas situaciones de las que no estamos exentos.

De acuerdo a datos publicados este año 2025 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas padecen trastornos de salud mental en el mundo.

Algunas de estas afecciones, como la ansiedad y la depresión, generan enormes costos humanos y económicos. Aunque muchos países han reforzado sus políticas y programas de salud mental, es preciso aumentar la inversión y la acción a nivel mundial para ampliar los servicios destinados a proteger y promover la salud mental de las personas.
Los trastornos de salud mental, como la ansiedad y la depresión, son muy frecuentes en todos los países y grupos poblacionales, y afectan a personas de todas las edades y niveles de ingresos. Constituyen la segunda causa de discapacidad prolongada, aumentan el número de años de vida saludable perdidos, generan gastos en atención médica para las personas y las familias afectadas, y ocasionan pérdidas económicas sustanciales en todo el mundo.
World Mental Health Today y Mental Health Atlas 2024
Estas son las conclusiones de dos informes —World Mental Health Today y Mental Health Atlas 2024— que, si bien reseñan algunos progresos, revelan también importantes deficiencias en la respuesta mundial a estos trastornos. Ambos documentos son fundamentales para orientar las estrategias de los países y fomentar un diálogo internacional antes de la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre las enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental y el bienestar, que tendrá lugar en Nueva York el 25 de septiembre de 2025.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, afirmó: “La transformación de los servicios de salud mental es uno de los desafíos más urgentes para la salud pública. Invertir en salud mental significa invertir en las personas, las sociedades y las economías. Es una medida que ningún país puede permitirse descuidar: todos los gobiernos y dirigentes tienen la responsabilidad de actuar con urgencia y garantizar que la atención a la salud mental no se considere un privilegio, sino un derecho básico para todos”.
Datos principales del informe World Mental Health Today
Este informe muestra que, aunque la prevalencia de los trastornos de salud mental varía según el sexo, las mujeres resultan desproporcionadamente afectadas en conjunto.
Además, revela que los trastornos más habituales tanto en mujeres como en hombres son la ansiedad y la depresión.
El suicidio sigue siendo un problema devastador: se calcula que en 2021 fue la causa de unas 727,000 defunciones. Es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes de todos los países y contextos socioeconómicos. Pese a los esfuerzos realizados en todo el mundo, la reducción de la mortalidad por suicidio no basta para alcanzar la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que consiste en reducir en un tercio los índices de suicidio de aquí a 2030. Si se mantiene la tendencia actual, solo se logrará una reducción del 12 % para esa fecha.
Pabellones de salud mental en los centros penitenciarios dominicanos
En la actualidad, los centros de corrección que cuentan con pabellones especiales para atender a privados de libertad con problemas de salud mental funcionan en Santo Domingo Norte, Najayo Mujeres y Najayo Hombres (provincia San Cristóbal), así como en el Centro de Corrección y Rehabilitación de San Pedro de Macorís.

Información de los psicólogos
“No solamente en los centros penitenciarios, a nivel general, la depresión mayor es la enfermedad que tiene la estadísticas más alta en la población dominicana que generalmente termina en suicidio”, informó Yanis Mejía Jiménez, presidenta del Colegio Dominicano de Psicólogos (Codopsi).
El sicólogos clínico y de salud logoterapia, Amaury Ramírez, expresidente del Codopsi, nos habla sobre la Situación de Salud Mental en la Población
Carcelaria de la República Dominicana.
Ramírez explica que el sistema penitenciario nacional enfrenta desafíos estructurales que impactan directamente en la salud mental de los privados de libertad.
En su análisis aborda la confluencia de factores demográficos, de infraestructura y de seguridad que configuran un entorno propicio para la patologización de la conducta y el deterioro psicológico.
“La salud mental en este contexto debe ser tratada como un pilar fundamental de la seguridad y el proceso de rehabilitación para la inserción social.
Factores estructurales y demográficos impactan en la salud mental de la población carcelaria”, sostiene.
Mediante estudio el especialistas determinó que la población carcelaria está compuesta por más del 99% de hombres. En ese sentido aclara que ese dato no solo simplifica el enfoque en las problemáticas de género masculinas (manejo de la ira, expresión emocional limitada, jerarquías de poder), sino que intensifica la cultura de la fuerza y la agresividad como mecanismo de supervivencia.
“Existe una grave falta de recursos humanos especializados: psicólogos, psiquiatras, terapeutas ocupacionales y financieros dedicados a la salud mental dentro de los recintos. Esto resulta en la ausencia de programas preventivos y una atención relativa y precaria, limitándose, en el mejor de los casos, a la medicación sin terapia”, detalla en su informe científico.
Hacinamiento y degradación ambiental
Amaury Ramírez informó que el hacinamiento carcelario por sobrepoblación es el factor ambiental más destructivo.
Pérdida de privacidad e intimidad: La falta de espacio personal anula la intimidad y la capacidad de retiro o introspección, elementos esenciales para la regulación emocional.
Estrés crónico y tensión permanente: El ambiente de sobrecarga sensorial y la proximidad forzada mantienen a los internos en un estado de hipervigilancia y estrés crónico, lo que agota los recursos psicológicos y fisiológicos y contribuye a la irritabilidad, la impulsividad y la agresión.
Riesgo para la salud mental: En condiciones de hacinamiento, los trastornos emocionales —como la ansiedad y el pánico— pueden propagarse o agravarse debido a la resonancia colectiva del miedo.
A la alta demanda de medicamentos para los privados de libertad con problemas mentales en las 41 cárceles del país se suma la falta de espacios adecuados para su atención dentro de los recintos penitenciarios, así como la necesidad de construir un centro psiquiátrico penitenciario general.
La salud mental en la población carcelaria representa un reto para las autoridades y requiere la implementación urgente de políticas públicas que garanticen el bienestar y la atención integral de cada uno de los presidiarios.
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