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“Las toallitas húmedas, incluso las fabricadas con polímeros naturales sin modificar químicamente, tienen un impacto ambiental negativo y afectan significativamente el funcionamiento de las redes de alcantarillado y depuración”, afirma la legislación.
“Al no desintegrarse completamente, provocan obstrucciones en el alcantarillado que reducen su capacidad de retención de agua y aumentan el riesgo de desbordamientos, especialmente durante las lluvias torrenciales”.
Según cifras de la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento, el coste anual de la limpieza de las toallitas húmedas de los sistemas de alcantarillado y depuración asciende a 230 millones de euros.
