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El bambú prospera incluso durante los difíciles años del monzón, cuando los habitantes de Pachgaon a menudo veían cómo sus cultivos se inundaban y destruían con las lluvias. En esa situación de indigencia, emigraban a las ciudades para realizar trabajos ocasionales por un salario bajo.
Los beneficios obtenidos se reparten entre la gram sabha y se destinan a cuestiones como la educación superior para los niños de la comunidad, mejoras de infraestructura y la adquisición de tierras vecinas para ampliar el negocio.
Cuando llegan los monzones y cesa la tala de bambú, los beneficios se utilizan para pagar a los habitantes del pueblo para que realicen trabajos como cavar zanjas de drenaje y rellenar baches.
“Es sencillo”, dice Gajanan Themke, de 43 años, un trabajador-gerente de la gram sabha. “Si no creamos puestos de trabajo, la gente emigrará. Más gente en el pueblo significa mejor trabajo y mejor ejecución del trabajo”.
El sueño de la gram sabha y Pachgaon es sencillo: mantener aquí a la próxima generación y mantener vivas sus tradiciones.
Fuente | The Guardian
